Sábados 14 y 21 de septiembre
a las 19 h
en la Sala Cincomonos
SINOPSIS:
La sociedad
actual es muy exigente (tal vez demasiado exigente) y la frustración por no
conseguir el objetivo que se desea ardientemente, después de muchos años de
perseguirlo puede conducir a un estado depresivo y a intentar superarlo con
ayudas poco recomendables, por ejemplo, con el abuso del alcohol u otro tipo de
substancias perniciosas que crean adicción. El ser humano es, por regla
general, ambicioso, sea cual sea su ámbito profesional y desea alcanzar el
reconocimiento social para sentirse recompensado (en ocasiones incluso
admirado), y cuando no lo logra (tal vez porque objetivamente la meta anhelada
no estaba a su alcance) en lugar de asumir la realidad y plantearse otros
caminos igualmente loables, se descompone anímicamente, sigue insistiendo o se
rinde y ya no levanta cabeza.
El mundo del
Teatro no es distinto al de otras profesiones, y las derivas psicológicas para
quien lo ejerce, al sentirse anclado en el camino incluso pueden ser mayores
dado que se trata de una ocupación en la que priman dos aspectos fundamentales:
el artístico y la sensibilidad necesaria para ejercerla; aunque también cabría
añadir la suerte, un factor que no depende de uno mismo, si no de bastantes y
diversas circunstancias imposibles de controlar. Muchos artistas que.
llevados por su sana vocación han intentado abrirse camino en esta jungla,
tarde o temprano han abandonado o han seguido perseverando sin obtener ningún
resultado positivo.
En este monólogo,
cómico y dramático a la vez, conoceremos a Rocío, una actriz ya de mediana edad
que lucha contra sus demonios, que intenta superar la desesperación. que desea
seguir avanzando. Lo intenta una y otra y otra vez, y a pesar de su empeño por
el momento el resultado es siempre negativo ¿Conseguirá superarse? ¿Logrará su
objetivo o se rendirá?