Que necesitas encontrar?

MANIFIESTO DE LA AADPC EN EL DÍA MUNDIAL DEL TEATRO 2023

Publicado el 23 de Marzo de 2023

El actor y socio Ivan Benet firma el Manifiesto de la AADPC en el Día Mundial del Teatro 2023


DESCARGA LA VERSIÓN PARA IMPRIMIR




Tener la oportunidad de expresar en un manifiesto el sentir de todo un colectivo, de englobar las demandas, las reivindicaciones y los deseos de cada una de las personas de este maravilloso oficio, es realmente un honor y una responsabilidad. Amo el teatro. Tengo 46 años, hago teatro desde los 3 y me dedico profesionalmente a este oficio desde que tengo 21, es decir, que el próximo julio hará 25 años que firmé mi primer contrato como actor. Y, hoy, aunque muchas de aquellas demandas, reivindicaciones y deseos todavía perduran, me gustaría que lo mirásemos positivamente: imaginemos, soñemos por unos instantes, que tenemos una ciudad, o mejor dicho, un país entero, que cree en nosotros. Imaginémonos unas instituciones que creen que el teatro es algo importante.

 

Mirémoslo positivamente. Nos dedicamos a un oficio muy importante. ¿Hay alguien que lo ponga en duda? Es un oficio antiguo que pide mucha implicación, que busca siempre nuevas formas, un oficio que siempre evoluciona, que siempre ha indagado en los símbolos y los ha repensado. El símbolo sirve para repensar. El arte del teatro no acaba de tener sentido hasta que no reúne a las personas. El teatro sedimenta la experiencia, busca crear a partir de cualquier experiencia humana, ya sea trágica, ligera, absurda, divertida o incluso ridícula. El teatro es reunión, reencuentro, recuerdo, repetición, revelación… En el hecho teatral hay vida, muerte, individuo y mundo. El teatro es como el cultivo: en cada temporada, cosecha diferente. En el teatro estamos tú y yo. Y el otro. Al teatro se va a reír, a sufrir, a llorar, a sobresaltarse, a ruborizarse, a enfadarse, a vivir cosas excitantes. El teatro tiene que vibrar. Es vibración.


"Creo en un teatro transversal, abierto, plural y ambicioso."

 

Mirémoslo positivamente. Imaginemos, soñemos que la clase política cree en el teatro. Yo creo en el teatro, creo en la gente del teatro y creo que podemos hacer un teatro todavía más hondo, más adentro, más abajo para volar más alto. Podemos sobresalir más, debemos hacer un teatro aún más excelente, siempre un poco más allá, tenemos que superarnos, ser más exigentes con nosotros mismos, seguir nuestra línea creativa e ir más allá. Pero también tenemos que exigir más. Y hoy, Día Mundial del Teatro del año 2023, resulta muy vergonzoso tener que seguir mendigando. Exigimos el mínimo del 2% para poder expandir las teatralidades. Para que quien busca nuevas formas encuentre los espacios donde poder llevarlas a cabo. Porque para tener un sistema teatral maduro, hacen falta cosas que hace demasiados años que no tenemos, dos de ellas son: más dinero y más espacios de exhibición. Sueño con una Barcelona como Berlín, como Londres, como París, como Ámsterdam, como Copenhague. ¿Es necesario repasar el tanto por ciento cultural de estos países? Tenemos que crecer.

 

Necesitamos una ciudad más ecléctica. La convivencia de lo nuevo y de lo antiguo que ensancha el horizonte. Creo en un teatro transversal, abierto, plural y ambicioso. Conjurémonos para crecer más. Creo en los oficios del teatro, en el oficio de actor y de actriz como eje transmisor, como una creación vibrante. Tenemos que potenciar teatralidades diversas, inclusivas y paritarias. Cuando una manera de hacer teatro niega otra, a menudo se evidencia la carencia de espacios para llevarla a cabo. Es por eso por lo que, sobre todo, faltan espacios para arriesgar y sobra precariedad laboral. La precariedad laboral es un gran enemigo de la cultura.


"Creo en los oficios del teatro, en el oficio de actor y de actriz como eje transmisor, como una creación vibrante."


Tenemos que creer que el oficio que hemos elegido, por muy duro que sea, puede trastocar el mundo. El teatro sirve para mirar el mundo a través. Mirar a través. Creo, como postulaba Jean Vilar, que el teatro en tanto que generador de conocimiento, tendría que ser un Servicio Público. El teatro cura. La pandemia nos ha demostrado cómo de necesaria es la cultura. Pero ya antes —mucho antes de estos dos años perdidos en la memoria—, el teatro se ha manifestado como un ritual sanador, no en el sentido de cerrar una herida, sino de moverse en la dirección hacia donde las heridas se han producido, buscando el origen, dejando que supuren, permitiendo la sanación, creando. El teatro nos tiene que hacer amar y nos tiene que hacer pensar. El teatro transita hacia otra manera de ser. Creo en la alteridad. Quiero ser otro, siempre he tenido esta curiosidad para ser el otro, moverme como el otro, hablar como el otro, para poder entenderle, para entender la diferencia y para entender el mundo, para entender qué hacemos aquí y donde queremos ir. Desde esta comprensión que lleva implícito el hecho teatral es desde donde podemos rebatir ideas y combatir injusticias. Ponerse en la piel del otro para poder arrancársela cuando sea necesario. Ser el otro para entender quién soy yo.

 

Me gustaría que este manifiesto fuera un grito hacia el futuro, que nuestro teatro —el de Barcelona, pero también el de Cataluña, el teatro que se hace en las ciudades, en los pueblos, lejos de centralismos— viajara por todo el mundo mucho más de lo que lo hace. Y esto también requiere un esfuerzo de las instituciones. Permitidme el inciso de recordar que la etimología de la palabra institución viene de fundar, de establecer algo que antes no estaba por el bien del interés público. El teatro como instrumento para combatir el abismo, los abismos que nos asolan.

 

Mirémoslo positivamente. Una manera de arrancar los abismos del mundo —las guerras, las desigualdades, las soledades no deseadas, las enfermedades, los miedos, los fascismos, las violencias...— es explicándonos historias (con palabras o sin ellas), historias colectivas que nos hagan reír o llorar, historias vibrantes y cordiales que llenen los agujeros abismales de nuestra existencia. Nos dedicamos a un oficio muy importante. ¿Todavía hay alguien que lo ponga en duda? ¡Que viva el teatro!

 

Ivan Benet
27 de marzo del 2023